jueves, 4 de agosto de 2011

EUTANASIA


Fue una de esas tardes donde el sol quema la tierra, va don Gómez pareciera no sentir el calor, el polvo que van levantando los remolinos se le pega formando un antifaz que luego se lo quitará al llegar al remanso con agua fresca del río.
Don Gómez el multifacético del pueblo. - Necesitas un arreglo, algún oficio llamalo a don Gómez. Cuarenta y tantos que dan cincuenta y pico su curtida cara.
Lo conocí hace un par de años, en una charla mate por mate me contó que tenía una hija de quince años internada con una enfermedad terminal. Estaba conectada a una máquina por medio de la cual respiraba y se alimentaba; ningún médico le daba esperanzas de una leve mejoría, solo esperaban que algún día se apagara su vida, muerte cerebral, dijo.
Una muerte digna es lo que quiero para ella, como uno puede decidir sobre su vida y no sobre su muerte comentaba, porque no desconectar esas mangueras que la unen a algo sin pensamiento propio, donde médicos y enfermeras controlan algo cual robot nutriéndose de otra vida para seguir funcionando.
Lo único que me dicen: No está permitido la Eutanasia, no podemos apagarla, que espere que hay un proyecto de ley sobre el tema, solo  que duerme en un armario de algún funcionario.
Me dejó pensando hasta hoy su sufrimiento y la ignorancia de muchos en no tocar un tema tabú, mejor no se habla para que revolver el avispero, mientras tanto don Gómez como seguramente habrá otros en la misma situación esperando una ley para poder morir dignamente y no ser un vegetal.
Religiosos, políticos y los que se dicen defensores de la vida se hacen los tontos mirando para otro lado, no saben que ellos también pueden ser los próximos dependientes de una fría máquina que estira su vida y ni siquiera se darán cuenta... sí alargaran el sufrimiento de los que los quieren.